Hagamos un trato entre tú y yo. Firmemos un contrato de por vida. Inquebrantable, como nuestra piel. Cuidémonos el uno al otro.
Al final, tú eres yo. Y yo soy tú.
Prometo no privarte de grandes placeres como disfrutar del sol. Pero asegúrate de que siempre te protegeré de sus rayos. Te arreglaré de mil colores y maneras. Te voy a mojar, te voy a secar, te voy a vestir, te voy a depilar.